Seis formas de ayudar a un cuidador

Muchos cuidadores experimentan una sensación de soledad y aislamiento. En la mayoría de los casos, deben afrontar situaciones difíciles y su estado de ánimo puede variar a lo largo del día. Es importante comprobar cómo le va siempre que sea posible. Ofrecerle una taza de té o café y escucharlo es una forma sencilla de mostrarle apoyo. Deja que muestre sus sentimientos sin juzgar ni hacer interrupciones. Es un pequeño gesto con mucho significado.

Muchos cuidadores no reciben ningún tipo de remuneración ni recompensa por lo que hacen. Para la mayoría de nosotros, ir al cine o salir a comer fuera son cosas que no requieren demasiada planificación, pero si eres el principal cuidador de una persona vulnerable, el simple hecho de salir de casa durante 30 minutos puede parecer algo imposible. ¿Por qué no preparas una actividad agradable? Resérvale un masaje, organiza un día fuera de casa, o sorpréndele con un regalo para darle ánimos y mostrar cuanto valoras la labor que lleva a cabo.

Los cuidadores pasan por dificultades a lo largo del día. Puede que les cueste desconectar una vez completadas sus tareas de cuidado. Intenta no pedirles cosas que le supongan un mayor estrés o presión a su ya apretada agenda. Normalmente, los cuidadores disponen de poco tiempo, así que pregúntale cuándo es el mejor momento para ir a hacer una visita social. Si tienes un amigo o familiar que es cuidador, intenta percatarte de en qué momentos necesita que le des espacio.