Hay dos planos de tu vida en los que debes enfocarte en este proceso. El primero eres tú mismo: dedícate tiempo, el placer puramente personal es imprescindible; lee, haz ejercicio, vete al cine y disfruta de tus ‘hobbies’. En segundo lugar, fíjate en tu entorno: sentir que formamos parte de algo más allá de nosotros es básico para la autorrealización, presta atención a tus ocupaciones, a tu familia y amigos; piensa que la madurez juega a tu favor en todos estos campos. También en el sexual, ¿quién dijo que el sexo se ha acabado? Ni mucho menos; quizás sea diferente, pero igual de satisfactorio; ahora te conoces más a ti mismo y la experiencia siempre es un grado.
En la actualidad el canon de belleza es implacable, la sociedad parece transmitir el mensaje de que “envejecer es malo”. No dejes que el mar de imágenes de hombres perfectamente musculados y depilados te oprima, ten en cuenta que los jóvenes reales tampoco son así. Además hay un punto entre toda esta sinrazón que juega a tu favor: el hombre maduro puede ser todo un mito sexual: está en el cine, en la literatura, en las fantasías de tu vecina…. Pregunta y te darás cuenta de que la cana es más sexy de lo que parece.