Sí, el consumo responsable y sostenible también tiene que ver con la alimentación. No es solo una mejora de la calidad de vida, algo en lo que urge pensar especialmente a partir de los 50 años, sino que nos hace más sostenibles y racionales.
Piensa que más del 30 por ciento del suministro de alimentos se desperdicia, según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos. Así que compra solo lo que vayas a comer y ya estarás reduciendo las emisiones de carbono. Y, obviamente, menos desperdicio de alimentos significa menos dinero tirado.
Por cierto, que una dieta rica en verduras no solo es más sostenible, sino que ayuda a mantener sano el corazón o a mitigar los efectos de la incontinencia, entro otros beneficios.