Básicamente, tu huella de carbono es una forma de medir el dióxido de carbono (CO2) y otras emisiones de gases de efecto invernadero derivadas de tus actividades a lo largo del año. Sí, son las emisiones de todos los viajes que hiciste y toda la electricidad que gastaste, pero también incluye las emisiones que fueron necesarias para fabricar todos los productos que consumiste y los servicios que adquiriste.
Esta medida también se puede aplicar a nuestros productos. El ciclo de vida de un producto TENA comienza con la extracción de recursos naturales y la fabricación de materias primas. El siguiente paso es montar todos los materiales en la fase de fabricación. A continuación, el producto se transporta hasta el usuario, quien, por último, lo desecha después de que haya cumplido su función. Cada fase conlleva el consumo de energía, el transporte y la gestión de residuos. Por tanto, para conocer la huella de carbono real de nuestros productos, debemos tener en cuenta todas estas fases.