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Puede que pienses: mis padres criaron a tres hijos, de modo que yo puedo hacerme cargo de una sola persona. Pero cuidar de una persona mayor con una enfermedad crónica o grave no es tan fácil como la crianza de los hijos. El papel del cuidador puede ser frustrante, cansado e incluso abrumador. Es cierto que ser padre también es duro, pero al mismo tiempo ves el progreso y vives momentos de alegría. En cambio, cuidar de una persona mayor que no se encuentra bien puede ser mucho más duro.
Consejo: nunca lo hagas todo tú solo. Busca la ayuda y el apoyo de otras personas. Coméntalo con tus amigos, familiares, vecinos y otros cuidadores profesionales. Pide ayuda para que tu labor de cuidador te resulte más sencilla.
Puede que en ocasiones sea fácil. La familia y los amigos te ofrecen ayuda. Puedes acudir a buenos profesionales sanitarios, gente de tu agrado y en la que confías, justo cuando lo necesitas. Sabes que su ayuda sirve para darle a tu ser querido el mejor tratamiento y cuidado posibles. Pero no siempre es tan sencillo. Puede que tengas la impresión de que el personal sanitario, la familia o los amigos no están haciendo lo suficiente para ayudarle.
Consejo: Si no estás satisfecho con la atención profesional que recibe o con otras personas implicadas en su cuidado, busca a otras. Pide a amigos o cuidadores más expertos que te recomienden a alguien. También puedes buscar a profesionales sanitarios muy bien valorados por Internet. En el fondo, se trata de garantizar que tú y tu ser querido os sintáis cómodos, los tratamientos sean sencillos y que ambos estéis felices.