Puede que en determinados momentos te sientas bien y, seguidamente, te dejes llevar por la emoción. Es algo totalmente normal. Ten en cuenta que puede que también te afecte el estado de ánimo de la persona de la que cuidas.
Como cuidador, tienes un vínculo muy estrecho con esa persona. Tu humor puede pasar del amor a la ira, o del optimismo al pesimismo. Es mejor aceptar esos sentimientos negativos y dejar que pasen. Puedes intentar disiparlos simplemente centrándote en tus labores de cuidador.
Sigue este consejo: cuando tengas un cambio de humor desagradable, intenta parar un momento, respira hondo y exhala lentamente. Si puedes, también es bueno que te tomes un descanso de cinco minutos. Esas dos cosas te ayudarán a sentirte mejor y a mejorar como cuidador.