Los hombres también tenemos suelo pélvico

El suelo pélvico se ha considerado habitualmente como un “asunto de mujeres”. ¿Pero sabías que los hombres también tienen suelo pélvico? Y si no éste funciona correctamente, llegan los problemas…

Por ejemplo, hablamos de complicaciones de vejiga, problemas intestinales, disfunción eréctil o dolor en los genitales y la pelvis. Son problemas con solución, pero que precisan consulta con expertos y profesionales, además de un tratamiento efectivo que cuente con la implicación del paciente.

A continuación te ofrecemos varias preguntas y sus respuestas para conocerlo todo sobre el suelo pélvico masculino:

1. ¿Cómo funcionan los músculos del suelo pélvico en los hombres?

Los se sitúan en la base de la pelvis y se adhieren al hueso púbico en la parte delantera y al coxis en la parte posterior. Se asientan debajo de la vejiga y el intestino, y se contraen y relajan para ayudar a abrir y cerrar la uretra y el recto controlando la propia vejiga y los intestinos. 

2. ¿Por qué puede fallar el suelo pélvico masculino?

El suelo pélvico de un hombre puede estar demasiado débil o demasiado tenso. Una eventual fragilidad puede deberse a largos años levantando objetos pesados, casos de estreñimiento y esfuerzo al ir al baño, padecer tos crónica, sobrepeso, inactividad o los propios efectos asociados al envejecimiento.

Por el contrario, un suelo pélvico tenso o “hiperactivo” es bastante menos reconocido, pero mucho más prevalente de lo que se pueda pensar. Detrás de esta tensión pueden estar circunstancias como el estrés o la ansiedad, ejercitar en exceso los músculos de la zona, pasar demasiado tiempo sentado o andar en bicicleta, o también después de padecer un dolor, trauma o cirugía en la región pélvica, como puede ser el caso de una vasectomía.

3. ¿Qué problemas se atribuyen a un suelo pélvico que no funciona correctamente?

Cuando los no funcionan como deben, pueden ocurrir varios problemas. Uno de los más frecuentes es el relacionado con la vejiga: fugas accidentales, incontinencia, necesidad de ir rápido al baño, acudir con demasiada frecuencia, despertarse por la noche para orinar, dificultad con el flujo de orina o goteo, etc. 

También están los problemas intestinales, la necesidad de tener que esforzarse para vaciar los intestinos, y el dolor pélvico, que puede llegar hasta hacerse crónico. Puede aparecer dolor en el ano, testículos o pene, dolor al sentarse y dolor al eyacular, tener una erección en el momento del orgasmo. 

La disfunción eréctil es otro problema claramente asociado a anomalías en el funcionamiento del suelo pélvico y se manifiesta con cosas como dificultades en la erección o eyaculación precoz.

4. ¿Cómo saber si un suelo pélvico presenta anomalías?

La única forma de saber cómo están funcionando los músculos de la zona es mediante un examen por parte de un fisioterapeuta experto en suelo pélvico. Se debe hacer un examen rectal o una ecografía en el perineo (la zona situada entre el escroto y el ano) para examinar el estado de los músculos del piso pélvico y evaluar cómo están funcionando.

5. ¿Cómo solucionar un problema de suelo pélvico?

Una vez diagnosticada y localizada la anomalía en el funcionamiento del suelo pélvico (la determinación de si están demasiado débiles o demasiado tensos), se recomienda un programa de ejercicios diseñado específicamente para el paciente. 

Debería ser un tratamiento individualizado, adaptado a las necesidades del paciente y garantizando un cumplimiento de la terapia. Hay que tener en cuenta que fortalecer o relajar un músculo requiere tiempo y compromiso. Muchas veces el tratamiento se puede ir hasta los seis meses o más.

6. Acude a un profesional especializado

Aunque menos prevalente que en mujeres, el suelo pélvico también es problema para los hombres. Muchas de sus disfunciones vienen acompañadas de dolor y una disminución importante en la calidad de vida. Pero a diferencia de las mujeres, con mayor conciencia sobre el problema, muchas veces los hombres no saben identificarlos. Tampoco ni dónde ni a quién dirigirse exactamente para acabar con su problema. 

No es necesario sufrir en silencio ni acudir a métodos milagrosos de esos que tanto abundan en la red. Si un hombre padece problemas de vejiga o intestinales, disfunción eréctil o dolor en la pelvis, lo primero es acudir al médico de cabecera para un chequeo y consultar con un fisioterapeuta especializado en suelo pélvico. Ese será el comienzo del fin de un problema con solución.

Una vez diagnosticada y localizada la anomalía en el funcionamiento del suelo pélvico (la determinación de si están demasiado débiles o demasiado tensos), se recomienda un programa de ejercicios diseñado específicamente para el paciente. 

Debería ser un tratamiento individualizado, adaptado a las necesidades del paciente y garantizando un cumplimiento de la terapia. Hay que tener en cuenta que fortalecer o relajar un músculo requiere tiempo y compromiso. Muchas veces el tratamiento se puede ir hasta los seis meses o más.

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