Margarita, 60 años, sobre cómo vivir con incontinencia

“Me costaba vivir el momento”

La historia de Margarita

“Soy una mujer de 60 años a la que le encanta ir de camping y hacer barbacoas con amigos. Nunca pensé que las pérdidas de orina se iban a interponer en mi pasión por el campo. Incluso los placeres más sencillos, como leer mi libro favorito en la terraza, se convirtieron en una lata. Siempre tenía unas ganas enormes de que llegara el fin de semana para escapar al campo, ir a la aventura, pero por desgracia eso cambió. Me cuesta disfrutar el momento cuando tengo que estar pendiente de dónde está el baño más próximo. Descubrí que las pérdidas eran consecuencia de la radioterapia a la que me sometí durante mi batalla contra el cáncer. Me enorgullece decir que gané esa batalla, pero pronto tuve que enfrentarme a un nuevo desafío: la urinaria.
 
Trabajo como coordinadora de un programa que ayuda a los sin techo, por lo que conduzco muchas horas. Estar metida en un coche durante horas sin poder ir al baño era un obstáculo a la hora de gestionar los escapes de orina, por lo que mi grado de confianza empeoró. Me apasiona ayudar a la gente necesitada y lo pasé muy mal cuando me planteé en serio dejar mi trabajo a causa de los inconvenientes que me acarreaba la incontinencia urinaria.
 
Estaba desesperada por encontrar una solución, así que se lo comenté a una buena amiga que también sufría pérdidas de orina a raíz de la radioterapia. Su oncólogo le recomendó utilizar compresas para la incontinencia, que están especialmente diseñadas para todo tipo de escapes. Me dijo que probara TENA.
 
Durante un tiempo desoí este consejo, ya que no estaba convencida de que las compresas fueran una buena opción para mí. Pero estaba deseando retomar el control de mi vida, así que seguí el consejo de mi amiga y pedí una muestra gratuita de las compresas TENA. En aquel momento no me di cuenta, ¡pero había encontrado un nuevo compañero de viaje! Me quedé impresionada con lo transpirable y discreto que era el producto, así que pude volver a la carretera sin tener que preocuparme por los escapes. Y, lo que es aún más importante, llegaba a los sitios con sensación de limpieza y frescura. Gracias a TENA, puedo seguir haciendo el trabajo que me gusta con total seguridad.
 
He dejado atrás el cáncer, vuelvo a ser libre y me alegro de haber sacado provecho de las herramientas que hay disponibles, como TENA, que me permiten ser la mujer sociable y motivada que soy”.