Consejos para combatir tus cambios emocionales

No eres tú la responsable de tus constantes cambios de humor y de sentir a veces cierta tristeza, rayando la ansiedad. Tu cuerpo está sometido a una auténtica montaña rusa de cambios hormonales, que son los responsables de que tan pronto te sientas feliz como te entren unas ganas enormes de llorar sin saber por qué.
 
Algunos de los síntomas asociados a la pueden inducir o estar asociados a sentimientos de ansiedad. Por ejemplo, los sofocos tienen mucho en común con un ataque de pánico, porque aparecen de forma súbita el sudor, el calor y el aceleramiento de tu corazón.
 
La falta de sueño también contribuye de forma decisiva en tu estado emocional y en cómo afrontas el día sí, durante la noche, no has dormido y además has tenido uno o varios sofocos. Por otra parte, el descenso de la libido también puede ocasionarte problemas con tu pareja si no compartes lo qué te está sucediendo y por qué. Es necesario plantearse nuevas formas de sexualidad porque la sequedad vaginal puede provocarte dolor a la hora de mantener relaciones sexuales. ¡No tengas miedo a expresarte con absoluta sinceridad!
 
Una vez más, la falta de estrógenos y la baja producción de progesterona -la hormona que cada mes ha preparado tu útero para un posible embarazo durante tu periodo de vida fértil- son los responsables de tu estado de ánimo y de que sientas que pierdes el control sobre ti misma. En este sentido, es muy importante que hables con las personas más cercanas de tu entorno , para que entiendan tu situación y te ayuden a superarlo, minimizando esos picos en los que sientes que el resto del mundo se ha vuelto contra ti.

Nunca pierdas la confianza en ti misma

Como consecuencia de los síntomas físicos propios de la , es muy probable que pierdas la confianza en ti misma y que tu autoestima esté por los suelos. Pero debes afrontar con optimismo esta etapa porque marcan definitivamente cómo vivirás tu etapa de menopausia.
 
Casi la mitad de las mujeres menopáusicas declaran sentirse deprimidas o ansiosas, lo que tiene un impacto negativo en sus relaciones y su calidad de vida en general.
 
Si atraviesas la primera fase, la perimenopausia, puedes experimentar una mayor volatibilidad emocional, especialmente en los días previos a la menstruación. El motivo es porque, en ese momento, la producción de hormonas se encuentra en su punto más bajo. El síndrome premenstrual (SPM) marca la aparición de las emociones negativas. Estas sensaciones desaparecen después los dos o tres primeros días del ciclo menstrual.
 
A medida que avanza la perimenopausia y la menopausia, tu inestabilidad emocional puede aumentar hasta varios días al mes o más, debido principalmente a la fluctuación de los niveles hormonales. En el punto álgido de la menopausia, algunas mujeres afirman sentirse en un estado casi constante de síndrome premenstrual mientras el cuerpo se prepara para que el ciclo menstrual se detenga definitivamente.
 
Existen claros síntomas directamente relacionados con tu estado mental que te indican que la menopausia está cerca. Préstales atención: 
 
  • Sentimientos de tristeza
  • Cambios de humor
  • Aumento de la irritabilidad
  • Ansiedad
  • Depresión
  • Rabia y agresividad
  • Dificultad para concentrarse (niebla cerebral)
  • Fatiga
  • Tensión 

Seis recomendaciones para aliviar tus cambios emocionales y mentales

  • Pide ayuda si tu estado de ánimo y tus cambios de humor afectan seriamente a tu vida diaria o a tus relaciones. Puedes consultar con tu médico/a de cabecera, o con tu ginecólogo/a. Existen terapias hormonales sustitutivas (THS). Y llegado el caso, pueden recomendarte acudir al psicólogo para que te haga entender que se trata de un periodo transitorio y que pasará. Te sugerirá una serie de pautas que te permitirán vivir tu con normalidad. ¡Actúa antes de que este bajo estado de ánimo se convierta en depresión!
  • Prepárate para combatir los efectos físicos de la menopausia como los sofocos,  el insomnio y los problemas de vejiga e urinaria. Porque estos síntomas contribuyen definitivamente en tu estado anímico y mental y controlarlos para reducir la probabilidad de que te provoquen ansiedad. Por ejemplo, si sufres de dolores de cabeza o de migrañas, hidratarte es fundamental, así como reducir el tiempo que permaneces frente a la pantalla. Lleva siempre en el bolso el fármaco que tu médico te haya prescrito para esta dolencia.

  • Comienzas a tener fugas de orina, ¡No eres la única!  Asegúrate de mantenerte siempre seca y protegida con productos específicos para la incontinencia urinaria como TENA Lights Sensitive, tanto durante el día como la noche.

  • Apuesta por una dieta que equilibre tu cuerpo y tu mente, rica en nutrientes, vitaminas y minerales. Aunque una dieta sana es importante en todas las etapas de tu vida, es en este periodo cuando más atención debes prestar a lo que comes. Para mantener estable tu estado de ánimo, asegúrate de consumir alimentos ricos en proteínas que contengan triptófano, porque este aminoácido ayuda a producir serotonina. El pavo, el requesón, la avena, las legumbres son sabrosas fuentes del triptófano. Crea el hábito de desayunar o hacer pequeñas comidas regulares, a lo largo del día, para mantener estable tu nivel de azúcar en sangre, y, por tanto, tu estado de ánimo. 

  • Relajación, relajación y relajación. Este es tu mantra para evitar la ansiedad. Es importante que aprendas a reducir las expectativas que tienes sobre ti misma. Vienes de una etapa de tu vida estresante, en la que te has ocupado del cuidado de tus hijos, de tu trabajo, de tu casa. Y llega el momento de abandonar tu papel de super woman y centrarte en ti. Aprende a respirar de forma rítmica para calmar la ansiedad cuando aparezca. Y en esos momentos de irritabilidad y de rabia, busca un lugar tranquilo “tu oasis de paz”, y aprende a meditar, escribe un diario expresando cómo te sientes. Y si no lo hacías, es momento de apuntarte a un deporte, sobre todo para evitar la pérdida de tono muscular y porque la actividad física genera endorfinas y te proporcionan sensación de bienestar. El yoga y la natación son beneficiosos tanto para tu cuerpo como para tu mente.
     
  • Refuerza tus relaciones personales con tu familia y con tus amigos. ¡La risa es la mejor terapia para combatir la tristeza! Normaliza el hacer saber a tu entorno cuándo necesitas espacio y tiempo a solas para procesar tus emociones. Entenderán mucho mejor lo que te ocurre si previamente lo has compartido con ellos.

  • Canaliza tus emociones negativas a través de la creatividad porque a muchas mujeres les resulta difícil aceptar el final de sus años fértiles y puede incluso conllevar una mayor conciencia de envejecimiento. ¡Pero la vida no se acaba!  Al contrario, entras en una etapa en la que te puedes dedicar el tiempo que nunca has tenido. Y puedes iniciar aficiones o hobbies que siempre habías relegado como las manualidades, pintar, bailar, cocinar, o volver a estudiar. Piensa que quizá nuestras abuelas se apuntaban a la calceta o al ganchillo precisamente para combatir esas emociones negativas que ahora tú experimentas.
 
Afronta la menopausia como un cambio irremediable pero también como un reto en tu vida que, lejos de ser sinónimo de tristeza y depresión, puede aportarte grandes momentos de felicidad y serenidad. 

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