Casi 2 de cada 5 personas afirman que no saben dónde buscar ayuda al convertirse en cuidadores, y eso incluye el apoyo emocional.1
Es normal sentir una mezcla de emociones al cuidar de otra persona. Eso es así porque ejercer de cuidador puede ser extenuante a nivel físico y mental. No obstante, pese a todos los desafíos, es importante recordar que cuidar de alguien también puede ser muy gratificante.
Además de ofrecerle el mejor cuidado posible a tu ser querido, debes asegurarte de anteponer tu propio bienestar y felicidad. Si percibes que los cuidados se están volviendo demasiado exigentes para tu estado de ánimo y salud mental, quizás sea el momento de tomarse un descanso.
En este apartado, destacamos algunas de las emociones que pueden experimentar los cuidadores, además de ofrecer consejos y asesoramiento sobre cómo sobrellevarlas.