¿Realidad o ficción?

Cuidados: ¿realidad o ficción?

Ser cuidador no es fácil. Puede que en ocasiones te sientas culpable, estresado o ansioso. Es conveniente analizar qué esconden estos sentimientos negativos. Los malentendidos suelen ser la causa: mitos sobre los cuidados de otras personas que se arraigan en la mente.
 
Cuando conozcas la realidad, esos mitos desaparecerán. De este modo, podrás abordar tu labor de cuidador desde una perspectiva más positiva.
“Puedo hacerlo todo yo solo”

Puede que pienses: mis padres criaron a tres hijos, de modo que yo puedo hacerme cargo de una sola persona. Pero cuidar de una persona mayor con una enfermedad crónica o grave no es tan fácil como la crianza de los hijos. El papel del cuidador puede ser frustrante, cansado e incluso abrumador. Es cierto que ser padre también es duro, pero al mismo tiempo ves el progreso y vives momentos de alegría. En cambio, cuidar de una persona mayor que no se encuentra bien puede ser mucho más duro.

Consejo:  nunca lo hagas todo tú solo. Busca la ayuda y el apoyo de otras personas. Coméntalo con tus amigos, familiares, vecinos y otros cuidadores profesionales. Pide ayuda para que tu labor de cuidador te resulte más sencilla.

“Encontrar a la gente adecuada que me ayude a cuidar de mi ser querido es fácil”

Puede que en ocasiones sea fácil. La familia y los amigos te ofrecen ayuda. Puedes acudir a buenos profesionales sanitarios, gente de tu agrado y en la que confías, justo cuando lo necesitas. Sabes que su ayuda sirve para darle a tu ser querido el mejor tratamiento y cuidado posibles. Pero no siempre es tan sencillo. Puede que tengas la impresión de que el personal sanitario, la familia o los amigos no están haciendo lo suficiente para ayudarle.

Consejo: Si no estás satisfecho con la atención profesional que recibe o con otras personas implicadas en su cuidado, busca a otras. Pide a amigos o cuidadores más expertos que te recomienden a alguien. También puedes buscar a profesionales sanitarios muy bien valorados por Internet. En el fondo, se trata de garantizar que tú y tu ser querido os sintáis cómodos, los tratamientos sean sencillos y que ambos estéis felices.

“Todo el mundo entiende a la perfección cómo me siento y lo que necesito”
Resulta fácil pensar que todos los que te rodean aprecian lo duro que trabajas para cuidar de tu ser querido. Así que piensas que saben cómo ayudarte, pero no es así. Esas personas son ajenas a tu mundo; no son conscientes de los diferentes aspectos de tu trabajo y de la vida que llevas con tu ser querido. A veces simplemente no entienden ni interpretan las señales que envías.
 
Consejo: Comenta con otras personas, de la forma más sencilla que puedas, cómo te sientes en realidad y lo que necesitas. Sé sincero y claro al comunicar las necesidades propias y las de tu ser querido. No sufras porque los demás tengan una idea equivocada sobre tu situación.
“La salud de mi ser querido sigue empeorando, por tanto no soy un buen cuidador”
Puede que pienses: “Si tuviera más tiempo para cuidar de la persona a la que quiero; si no estuviera cansado o enfadado; si pudiera conseguir mejores medicamentos, su salud mejoraría”. Pero puede que no sea el caso.
 
Consejo: Intenta no ser tan duro contigo mismo. Estás haciendo todo lo posible como cuidador. Si a tu ser querido lo atienden buenos profesionales sanitarios y su salud empeora, no es culpa tuya ni de los médicos. Lo mejor que puedes hacer es intentar que la persona de la que cuidas se sienta lo más feliz y cómoda posible.
“Tengo una vida demasiado ajetreada para ser cuidador en estos momentos”
Nadie está preparado para convertirse en cuidador. Y, cuando lo eres, normalmente no puedes renunciar a otras responsabilidades. Necesitamos seguir trabajando y criando a nuestros hijos. Tenemos que seguir ocupándonos del hogar. A eso tenemos que añadir el cuidado de una persona mayor. Así es la vida.
 
Consejo: Intenta no preocuparte y planifica tus tareas para incorporar tu labor de cuidador a tu vida diaria. Los cuidadores expertos saben que lo mejor es organizar su tiempo. Si lo consigues, podrás combinar tus tareas de cuidador con tus otras responsabilidades e intereses.