Ejercitar los músculos del suelo pélvico ayuda a fortalecerlos para que puedas controlar el flujo de orina y la vejiga débil. Antes de empezar con los ejercicios, tienes que saber localizar dónde están tus músculos del suelo pélvico. Una buena forma es intentar parar el flujo de orina cuando estés en el baño u orinar más lento. Los músculos que actives al hacerlo son los del suelo pélvico.
Detener y ralentizar el flujo de orina no es un ejercicio para el suelo pélvico, por lo que no debería usarse como tal, ya que podría afectar al vaciado reflejo normal. Es solo una forma de localizar los músculos correctos.
Si no sabes bien dónde están estos músculos, consulta a un fisioterapeuta especializado en suelo pélvico.