6 claves para mantener el sistema inmunitario fuerte a partir de los 50

 

En los últimos dos años hemos sido más conscientes de la importancia de tener una buena respuesta inmune a las amenazas externas. Te enseñamos a mantener fuertes tus defensas con estos 6 hábitos saludables.

¿Cómo tener un sistema inmunológico fuerte a partir de los 50? Hacerlo es crucial porque es nuestro escudo, lucha activamente contra las infecciones y enfermedades para mantenernos fuertes. Pero a medida que envejecemos, nuestro sistema inmunitario cambia, lo que hace que sea más difícil combatir un resfriado, gripe u otras enfermedades. Esto significa que a medida que sumas años, es posible que puedas enfermar con más frecuencia. O no. En tu mano está.

Lo importante es saber que tú eres en buena parte responsable de la fortaleza de tu sistema inmunológico. Tú tienes el control a pesar de que debido a la edad comience a haber más obstáculos. Y si sabes qué puedes hacer para proteger o incluso estimular tu sistema inmunológico, mejorarás enormemente tus posibilidades de mantenerte sano. Hablamos de calidad de vida, y estos son los pasos más importantes:

1. Lleva una dieta saludable

Ya lo decía Hipócrates: “Que tu medicina sea tu alimento”. Comer bien es el primer paso para un sistema inmune fuerte. Y de verdad que no es tan difícil: basta con seguir la dieta mediterránea. Es decir, proteínas en forma de carne y pescado, junto a verduraslegumbreslácteosfrutasaceite de oliva y agua como bebida básica. Es muy importante asegurarte de tomar vitaminas A, B, C y E, así como zinc, folato, selenio y prebióticos y probióticos para proteger tus digestiones. Y sí: despídete de la comida basura, los fritos y el alcohol. De verdad que no lo necesitas.

2. Haz ejercicio con regularidad

La actividad física ayuda a estimular la producción de células del sistema inmunitario y a reducir la inflamación del cuerpo. Los investigadores señalan que las personas que han sido moderadamente activas a lo largo de su vida tienen el mejor sistema inmunológico.

 Pero nunca es tarde. No se trata de pegarse palizas, basta con salir del sofá y activarse. La OMS recomienda realizar al menos 150 minutos de actividad física moderada cada semana (salir a caminar con ritmo lo es) y dos sesiones a la semana de actividades de fortalecimiento muscular, como levantar pesas.

3. Recurre a la suplementación

Puede llegar un momento en el que la alimentación o el ejercicio no alcancen. No desdeñes la posibilidad de recurrir a la suplementación. A partir de los 50, el cuerpo suele acusar algunas deficiencias de nutrientes como zinc, vitamina C, vitamina E, vitamina A. Son sostenes fundamentales de tu salud no solo para fortalecer su inmunidad, sino también para nutrir tu cabello y piel. Una suplementación supervisada por un experto puede ser una ayuda increíble.

4. Duerme bien

Las personas que no duermen bien son más propensas a padecer más inflamación, lo que implica que su sistema inmunológico debe hacer horas extras. De la misma forma, cuándo el cuerpo lucha contra infecciones y enfermedades no descansa como debiera. Es un proceso biológico: mientras dormimos, el sistema inmunitario aprovecha para regenerarse y fortalecer sus funciones eliminando toxinas y gérmenes. La hora a la que te acuestas y te despiertas puede cambiar a medida que envejeces, pero debes tratar de dormir de unas ocho horas diarias.

5. Reduce el estrés

No siempre es fácil, pero en la medida de lo posible es importante reducir la carga de estrés. Se ha demostrado que el estrés psicológico crónico disminuye el número de células B, que son aquéllas que producen anticuerpos. Es cierto que a veces la carga de trabajo y las preocupaciones generan un estrés imposible de evitar. Pero lo que hay que hacer es poner contrapesos, luchar contra ese estrés que no podemos eludir. Y eso se hace con buenos hábitos de vida: dieta equilibrada, descanso, ejercicio, hobbies, relaciones sociales, meditación…

6. Refuerza tu higiene

Este es otro de los aspectos más infravalorados en el cuidado del sistema inmune. Por ejemplo, practicar una buena higiene de manos puede contribuir en gran medida a evitar que enfermes por los gérmenes de otras personas o que tú mismo los transmitas. Se recomienda lavarse las manos con agua y jabón antes y después de preparar y comer alimentos, y después de cuidar enfermos, usar el baño, sonarse la nariz o curar una herida, por ejemplo.

Una buena alimentación, higiene y descanso son las claves para reforzar el sistema inmune, así evitarás ponerte enfermo por resfriados o virus. Un sistema inmunológico robusto mejorará tu calidad de vida, ¡para que sigas disfrutando de lo que más te gusta!

Sigue más consejos para fortalecer tu salud