Es un concepto en auge: se llama coaching. No es otra cosa que un entrenador o asesor personal para ayudarte en el día a día sobre cualquier problema físico o de salud que poseas. También en materia de y suelo pélvico, por supuesto. A través de una serie de acciones sistematizadas y adaptadas a tus necesidades, el coach te ayudará a encontrar soluciones a cada problema que se te plantea.
¿Cuándo, cómo, por qué ponerse en manos de un coach? Aquí intentamos resolver todas tus dudas.
De la misma forma que un entrenador deportivo puede ayudar a un atleta a desarrollarse y sobresalir en un deporte, un coach de salud y bienestar puede ayudar a cualquier persona a mejorar su calidad de vida. Y un coach en y suelo pélvico te ayudará a afrontar mejor situaciones que te resultan difíciles de manejar, ya sea física o mentalmente.
El proceso de coaching en salud es similar a la terapia de conversación, ya que involucra a dos personas discutiendo ideas y problemas, pero con una sutil diferencia: se diseñan objetivos y se establecen estrategias para lograr esos objetivos.
Las experiencias que relatan todas las personas que se ponen en manos de un coach son casi universalmente positivas. Muchos de ellos llegan a alcanzar los objetivos de salud que de otro modo habrían sido esquivos. Especialmente a partir de los 50 años, cuando la pereza, las dudas y la falta de soluciones te invaden. Muchas veces necesitas un plus. Puede ser en tu tarea por bajar peso, mejorar del estado físico, aumentar tu fuerza y flexibilidad o, por supuesto, superar problemas de o suelo pélvico.
“Un coach consigue fusionar los diferentes conjuntos de habilidades de una manera que expande la capacidad de conectarse con los pacientes y abordar sus necesidades de salud en un nivel más profundo”, sostiene la Escuela de Medicina de Harvard.
Una técnica clave utilizada por los entrenadores es la entrevista motivacional, en la que un entrenador hace preguntas abiertas destinadas a ayudarte a descubrir las necesidades de cambios. Es un concepto que se ha demostrado eficaz en muchos estudios de investigación, principalmente por la “personalización” de la terapia.
Cada persona es un mundo, cada problema es único. Habrá muchas más probabilidades de tener éxito si tienes al lado a un experto que escuche realmente lo que le dices y te haga sentir partícipe del proceso de búsqueda de soluciones para tus problemas de y suelo pélvico.
“Mientras que la psicología tradicional se ha centrado en lo que marcha ‘mal’ en las personas y lo que necesitan ‘arreglar’, la filosofía del coaching se centra en lo que ha funcionado, puede funcionar y funciona mejor para ti”, sostienen la Escuela de Medicina de Harvard. Así, un coach aprovechará todas tus fortalezas para mejorar los síntomas de y suelo pélvico que desees abordar y minimizará tus debilidades.
El coaching es efectivo para cualquier persona en cualquier condición de salud. Y especialmente a partir de los 50 años, cuando comienzan a acusarse problemas asociados a la edad. También en y suelo pélvico, por descontado.
Según un estudio reciente, el coaching “da como resultado mejoras clínicamente relevantes en múltiples factores de riesgo de biomarcadores (incluida la presión arterial sistólica y diastólica, colesterol total, colesterol LDL, colesterol HDL, triglicéridos, glucosa en ayunas, peso corporal, índice de masa corporal, circunferencia de la cintura y aptitud cardiorrespiratoria) en variedad de poblaciones”. Por eso, no es de extrañar que algunos hospitales y compañías de seguros lo estén ofreciendo cada vez más.
La inversión de tiempo y coste es muy variable. Algunas personas hacen coaching durante muy poco tiempo, incluso una sesión cuando se trata de problema muy discreto, mientras otras pueden alargar el asesoramiento durante meses o años cuando el problema (físico o psicológico) es importante y persiste. Tu entrenador de suelo pélvico te valorará tu situación contigo y te sugerirá la conveniencia de realizar nuevas sesiones de coaching.
Existen muchas formas de abordar el coaching y todo depende de la magnitud de los síntomas, los problemas logísticos o las necesidades del paciente. No obstante, existen estudios que apuntan que el coaching puede ser tan efectivo cuando se administra de forma remota por teléfono o Internet en comparación con el entrenamiento cara a cara y más personalizado.
Esto proporciona una gran flexibilidad, ya que el entrenamiento se puede realizar en persona, por teléfono o incluso por videoconferencia. No obstante, es el propio paciente quien debe decidir qué es lo que cree más conveniente según sus circunstancias y magnitud del problema y llegar a un consenso con su coach.
